Nací el 20 de febrero de 1981 en Mecklemburgo, Alemania, dónde me formé como administrativa de oficina. Posteriormente, obtuve el título universitario en Económicas. Trabajé un tiempo en ese ámbito, sobre todo, realizando mucho trabajo de oficina en asociaciones culturales.

Ya durante mis tiempos de estudiante, ayunaba con frecuencia. Notaba que, de esta manera, mi mente estaba más clara y enfocada. También, aumentaba mi concentración. Después del ayuno, pasaba varios días, a veces, incluso semanas alimentando me de forma crudivegana. Esto me hacía sentir más vital y sana. Durante esa etapa de mi vida, me habría gustado alimentar me exclusivamente de manera crudivegana. No lo pude llevar a cabo porque la presión de las personas de mi entorno cercano, para quienes esta forma de alimentación era desconocida, era demasiado grande.

Entonces me hice mama. Empecé a leer libros y a buscar información sobre alimentación crudivegana para embarazadas y para niños. Otra vez las críticas y la presión de las personas cercanas fue muy grande. Así que, empezamos a viajar. En el camino fuimos encontrando personas, algunas con niños también, que se alimentaban de forma crudivegana. El clima más caloroso de los países a los que viajamos en invierno, hacia más fácil esta manera de alimentarse.

Así llegamos a la Palma, un paraíso perfecto, donde vivir de manera sencilla, en contacto con la naturaleza y de forma crudivegana. Trabajé muchos años en un café ecológico vegetariano. Al mismo tiempo, empecé a hacer comida vegana y crudivegana para retiros. También desarollé las cenas crudiveganas a la “Luz de las Velas”. Sigo surtiendo a amigos y conocidos con tartas, pasteles, panes y muchas más de mis creaciones crudiveganas.

En mi opinión, quien alguna vez ha vivido durante un largo tiempo con alimentación cruda sabe, que es la forma de alimentación ideal. Esta alimentación es holística, ya que, no se perjudica a la naturaleza y se fomenta el amor y la paz.

Durante toda mi vida, sentí el deseo de expresar mi creatividad y nunca encontré el entorno adecuado y ahora con la alimentación cruda he dado con ese entorno y vivir mi parte creativa con múltiples experimentos crudiveganos.

Hace unos años, probé “La alimentación de Luz”, sin comer ni beber y sigo entusiasmada con esta forma de vida. Espero que, algún día, pueda vivir alimentándome sólo de la luz, como mis mentores espirituales Elimtom y Maria Tutu que viven solo del prana.